Llega el invierno y quizás estés haciendo planes para pasar unos días de vacaciones en un destino de montañas y nieve. Todo muy lindo, ¿quién puede negar el encanto y la magia de estar entre copos de nieve en la inmensidad de la naturaleza?
Sin embargo, si tenés niños entrando en la adolescencia y el plan es familiar, sabrás que deberás sumarle un atractivo extra al viaje; caso contrario, los púberes de tu familia pronto se verán envueltos en un infinito y temible aburrimiento, fruto de la lejanía de sus inseparables amigos y de la falta de conexión a Internet o Wi-Fi.
Si estás por enfrentar el abismal desafío de compartir con ellos esta experiencia, entonces espero que encuentres algún alivio en estos humildes consejos de una madre que ha salido airosa de sus últimas vacaciones en la nieve con adolescentes de 13 y 14 años.
Se trata de ir en busca del niño que llevan dentro y que por momentos no quieren soltar ni dejar ir, pues lo necesitaremos en todo el viaje para simplemente… ¡jugar!
Aquí van algunas ideas de posibles juegos que los divertirán mientras alternan con actividades deportivas, como tomar clases de esquí. Son juegos tradicionales pero que a menudo olvidamos, quizás porque pensamos que están reservados a niños más pequeños.
Hacer un ángel: boca arriba en la nieve, y con cuidado de no dejar pisadas alrededor, muevo los brazos en cruz hacia arriba y hacia abajo, abriendo y cerrando las piernas al mismo tiempo. Un hermoso ángel quedará dibujado en la nieve, ¡a fotografiar!
Lanzar bolas de nieve: atención con este juego, puede terminar en impactos no deseados. ¡¡¡¡
Buscar el tesoro: escondemos un objeto blanco para que el resto lo encuentre. Quien lo hace, será el próximo en esconder el tesoro.
Hacer un muñeco de nieve: un jurado será quien evalúe la creatividad, ya que no queremos que se apuren, sino que le dediquen todo el tiempo necesario a la tarea.
Por último, lo más divertido serán los premios, y como madres bien sabemos cuál será la sorpresa más esperada por nuestros hijos, ya no tan pequeños.
