Metal Slug: un clásico de acción

Metal Slug se desmarcó de las tendencias arcade de la época, cuya principal característica era la competición entre jugadores, y consiguió destacar por ser un juego cooperativo.

La serie es muy conocida por su sentido del humor y su animación píxel art, por lo que es considerada como una de las mejores y más destacadas en su género. Su narrativa es híper surrealista, lo que vuelve a cada juego una experiencia fresca y única. Nunca sabés lo que te vas a encontrar: puede que tengas que pelear contra yetis, mientras el personaje principal se transforma en un mono bebé o en un zombie que escupe un líquido rojo.

Los juegos de Metal Slug no tienen historias muy elaboradas, pero sí es verdad que podemos ver una cierta progresión que los va alejando de cualquier tipo de seriedad al añadir detalles cada vez más ridículos. En el primer título, nos enfrentamos a un ejército que parodia a las tropas nazis e intentamos sabotear sus planes. En el segundo, vemos cómo este mismo ejército despierta a momias y extraterrestres con el objetivo de derrotarnos. En su tercera entrega, el argumento nos trae una invasión alienígena, zombies y elefantes.